TIEMPO BIEN UTILIZADO EN LOS ALPES SUIZOS

EL TSCHUGGEN GRAND HOTEL, EL ÚNICO SKY-IN/SKY-OUT DE LA ZONA, OFRECE UNA EXTRAORDINARIA VARIEDAD DE ACTIVIDADES
DEPORTES DE INVIERNO EN AROSA

Fundada en 1883 como una clínica pulmonar de aire limpio por los hermanos Otto y Marie Herwig, la propiedad fue inicialmente utilizada sólo por los pacientes durante los meses de verano. En 1929 se convirtió en el Tschuggen Grand Hotel para poder utilizar sus habitaciones durante el invierno, posisionando a Arosa como un nuevo destino de deportes de invierno a la par de St. Moritz. El hotel siguió creciendo a lo largo de los años, aunque estuvo cerrado de 1966 a 1970 debido a un devastador incendio.

En 1980 se vendió a los actuales propietarios, la familia Kipp-Bechtolsheimer, que ha hecho grandes renovaciones y adiciones, entre ellas la construcción del famoso spa Tschuggen Bergoase y el ferrocarril Tschuggen Express, el funicular propio del hotel que va directamente a las pistas. Estas adiciones cimentaron la reputación del Tschuggen Grand como un destino alpino durante todo el año. Cuando los huéspedes se registran en el Tschuggen Grand, se encuentran con una serie de ofertas más allá del esquí, con todo, desde la búsqueda de setas, hasta la observación de las estrellas y consultas de bienestar médico.

La forma contemporánea de Tschuggen Grand tiene velas de vidrio y acero que brillan en las montañas suizas.
En la zona de la piscina del spa, una pared gigante y curvilínea presenta el granito Duke White de los Alpes Suizos.
La mayoría de las habitaciones y suites del Tschuggen Grand Hotel tienen grandes ventanas y balcones que dan a los majestuosos Alpes Suizos.
Suba a las montañas en el ascensor privado del hotel y disfrute de una vista impresionante de los Alpes.
ESQUÍ, SPA, ESTRELLAS

Sin duda, la joya de la corona del Tschuggen Grand -una adición de 2004 diseñada por el arquitecto suizo de renombre internacional Mario Botta y el diseñador Carlo Rampazzi creó sus famosas "velas" de vidrio y acero que se reflejan sobre las montañas- un spa de más de 5.000 metros cuadrados. Tallado en la ladera de la montaña, este oasis de bienestar de cuatro niveles contiene una vasta área de agua llena de piscinas interiores y exteriores de temperaturas variables, chorros de masaje, grutas y cascadas con un ondulante fondo de granito White Duke; múltiples saunas; 12 suites de tratamiento, centro de fitness con sistema de entrenamiento Kinesis y máquinas Technogym, un nuevo estudio de yoga, un solarium I-Bed y una sección de bienestar médico con un médico y un esteticista en el lugar. Para los huéspedes que buscan más privacidad, hay dos suites de lujo con sauna privada, jacuzzi y baño de vapor que pueden ser reservadas para individuos o parejas.

Además de las actividades alpinas, el hotel ofrece experiencias muy locales con parte de su staff, una asignación inesperada de su tiempo que les permite compartir sus aficiones y pasatiempos con los huéspedes. Las excursiones favoritas incluyen la búsqueda de setas con Claudio Laager, subdirector general y gerente de Alimentos y Bebidas, ciclismo de montaña en e-bikes o trotar con el director general Stefan Noll, y un paseo en luna llena con observación guiada de estrellas con la subdirectora general Leonie Schefenacker, una aficionada a la astronomía.

Los huéspedes pueden terminar el día en uno de los cinco restaurantes, salones o bares del hotel. El salón del lobby, eclécticamente amueblado, a menudo tiene música en vivo, La Brezza lleva el premiado estilo mediterráneo a las montañas, mientras que The Basement es un elegante restaurante de comida rápida en la planta baja del hotel que cuenta con una clásica bolera de Europa Occidental, ¿en qué otro sitio se puede encontrar esta variedad en las montañas suizas?