Hôtel De Paris Monte-Carlo: Renace una leyenda

El hotel acaba de ser restaurado y está listo para definir la siguiente fase del desarrollo de Mónaco
Un nuevo lugar de exposición para una nueva generación

Frente al elegante Casino y situado sobre el azul brillante del Mediterráneo, el Hôtel de Paris Monte-Carlo rinde homenaje a su privilegiada posición de centro del salón de juegos del mundo y a su condición de miembro fundador de The Leading Hotels of the World. Su grandioso vestíbulo y sus animados bares y restaurantes han hecho de él un lugar clave para ver y ser vistos para aquellos que llegan a Mónaco a deleitarse con lo mejor de la vida.

Pero a medida que el principado se ha ido convirtiendo en un próspero centro de cultura, deportes, filantropía y desarrollo sostenible, encabezado por el Príncipe Alberto II y representado por el nuevo complejo de lujo One Monaco, el Hôtel de Paris Monte-Carlo también está evolucionando para seguir ese camino.

Dentro del elegante Bar Américain en el Hôtel De Paris Monte- Carlo.
El Hôtel De Paris Monte-Carlo está perfectamente situado con vista al mar Mediterráneo.
La recién renovada Suite Princess Grace en el Hôtel De Paris Monte-Carlo.
El objetivo fue preservar lo que hace que el hotel sea especial, y luego realizar algunos agregados, siempre de buen gusto.
Un mundo de historias, secretos y sorpresas

Una reconstrucción selectiva y una profunda renovación han añadido nuevos espacios al hotel, lo que respeta al mismo tiempo su carácter único, un acto de equilibrio que requirió cuatro años y un equipo de arquitectos de primera línea de todo el mundo. “El objetivo era preservar lo que hace que el Hôtel de Paris sea especial, y luego realizar agregados, siempre con buen gusto”, dice Ivan Artolli, gerente general del hotel. Dos alas de huéspedes se reconstruyeron desde la base y se creó un patio interior con jardines, rodeado por palmeras y finas boutiques de joyería al estilo de la Place Vendôme de París. Una nueva suite penthouse, bautizada en honor al Príncipe Rainiero III, se encuenta frente a la suite Princess Grace, un cariñoso tributo a los monarcas cuya visión de la vida moderna de Mónaco perdura en la actualidad.

Los aficionados al vestíbulo de la Belle Époque del hotel estarán encantados de conocer que fue tratado con un toque ligero y restaurador: su famosa cúpula de techo de cristal sigue en su sitio, al igual que la estatua ecuestre de bronce que los huéspedes frotan para que les dé buena suerte en su camino hacia las mesas de juego. La tradición gastronómica del hotel continúa en el Grill, con su vista panorámica, en elrestaurante Luis XV galardonado con tres estrellas Michelin, y en el flamante restaurante ÔMER, ambos dirigidos por Alain Ducasse. El Bar Américain conserva su aspecto original como club de caballeros y, con su nueva terraza, es un lugar aún más privilegiado para ver el Grand Prix de Mónaco en cada primavera, y para observar a los espectadores, discretamente. La ostentación, de hecho, es una forma de arte en el Hôtel de Paris Monte-Carlo, cuyas paredes podrían contar una historia sobre aquellos que han vivido, amado y jugado allí. Incluso después de la restauración, los rastros son visibles si se sabe dónde mirar: por ejemplo, en las pesadas puertas de cristal del vestíbulo, donde los anillos de diamantes de los huéspedes han dejado décadas de rasguños diminutos detrás de las manijas. “Un artesano quería quitárselos; yo le dije: ‘No, déjalos, esa es nuestra historia’”, dice Iván con una sonrisa. Él y su equipo esperan que una nueva generación de huéspedes encuentre el hotel tan excitante, glamoroso y sorprendente como el propio Mónaco.