Alice Dionisio
“Es un deber perderse en Venecia, ya que forma parte del encanto de visitarla”, nos cuenta Alice Dionisio, quien se mudó a la Serenissima desde Milán para trabajar con el equipo de inauguración del Palazzo Venart. “Esta experiencia la viví personalmente cuando me mudé a la ciudad, ya que no soy de Venecia. Cuando uno se pierde descubre los tesoros de esta urbe, como los pequeños callejones y las zonas que no frecuentan tanto los turistas. Creo que es realmente una aventura”. Desde su llegada a la ciudad, Alice la ha explorado buscando sus tesoros ocultos y ha compartido sus hallazgos con los huéspedes del hotel.
En su función como gerente de Atención al público, es una de las primeras personas que uno conoce después de atravesar el tranquilo jardín del Palazzo Venart e ingresar en el impactante vestíbulo con sus frescos y candelabros renovados. En el vaporetto, la distancia entre su hogar y el hotel es mínima, pero generalmente prefiere caminar los 15 minutos del trayecto desde su casa en Cannaregio a través del Ponte degli Scalzi, uno de los cuatro puentes que atraviesan el Gran Canal. Desde el jardín del hotel, alcanza a ver su vecindario por adopción con sus edificios, restaurantes y tiendas antiguos.