La llegada del hotel Alvear Icon Hotel & Residences marca el inicio de una nueva era para Puerto Madero, el puerto del siglo XIX que supo estar abandonado y que evolucionó hasta convertirse en uno de los vecindarios más dinámicos de Buenos Aires, con paseos junto al río, parques, tiendas, centros culturales y restaurantes de nivel internacional. Situado en una torre escultural de vidrio que se destaca en el horizonte urbano de la zona, este hotel recuerda destinos ultramodernos como Dubái o Hong Kong. Con un diseño pensado para ofrecer las vistas más impactantes de la capital de Argentina en una atmósfera de lujo contemporáneo, el hotel más moderno del Grupo Alvear es un ícono del dinamismo de la ciudad, y una oda a su belleza.
Junto con el tradicional servicio de la marca y la atención a los detalles, los huéspedes de Alvear Icon disfrutan de una variedad de servicios y comodidades que no tienen igual en América del Sur. Siete restaurantes y bares ocupan diversas esquinas del rascacielos de 34 pisos, incluido un bar de vinos con paneles de madera, un café de estilo parisino debajo de una gran claraboya y un refrescante bar de cócteles junto a la piscina en el tercer piso, con vista a las copas de los árboles de Puerto Madero. Unos cuantos pisos más arriba, en el 20, un gimnasio y spa elegantes (equipados con un salón de belleza, baño de vapor, sauna y piscina climatizada) ofrecen paredes de triple altura que revelan amplias vistas de la zona del río.
Los huéspedes de Alvear Icon disfrutarán de una serie de servicios y comodidades sin igual en América del Sur.
La fabulosa decoración continúa en las habitaciones, donde el aclamado diseñador chileno Sergio Echeverría seleccionó maderas nobles, cueros en colores cálidos y luminarias brillantes para crear una elegancia moderna, con un guiño a la rica historia del vecindario en las fotografías en color sepia del paisaje del lugar hace más de 100 años. Puerto Madero se creó a finales del siglo XIX para satisfacer un comercio marítimo en crecimiento entre Argentina y Europa. Tan solo una década más tarde, los barcos aumentaron cada vez más de tamaño y sus calles adoquinadas y almacenes de ladrillo visto fueron abandonados por un puerto nuevo y más amplio. No fue sino en la década de 1990, después de siete décadas de indiferencia, que este importante lugar comenzó a tomar su forma actual a medida que las residencias, las oficinas y los restaurantes se instalaban en los antiguos edificios de la recientemente renovada zona.
Para apreciar realmente la confluencia de estilos que hacen de Buenos Aires uno de los destinos más atractivos de América Latina, nada supera el Crystal Bar del piso superior del hotel, un salón de cócteles sofisticado rodeado por los ventanales característicos de todo el edificio. En el interior, el espacio luce como un establecimiento asiático tradicional creado para el siglo XXI. Los detalles en madera de líneas despojadas y los sillones minimalistas tienen como fondo paredes espejadas y paneles de vidrio enmarcados con elaborados patrones. Crystal Bar tiene los ingredientes perfectos para convertirse en un punto focal atemporal: sabrosos cócteles exclusivos, buena música y vistas únicas de la ciudad. Desde esta altura panorámica, 32 pisos por encima del suelo, el paisaje urbano se muestra con una plácida calma al tiempo que poderosamente activo.