Suiza Zúrich, los Alpes y Ginebra

Una travesía de ocho días desde Ginebra hasta Zúrich

En Suiza, la asombrosa belleza es mucho más que solo visual. Se nota primero en el aire fresco y vigorizante, el aire campestre más limpio que puede respirar. Las ciudades dan la sensación de ser aldeas grandes y acogedoras, con un estilo internacional profundamente arraigado. A tan solo unos minutos en las afueras, los Alpes ofrecen esquí en invierno y ciclismo y excursionismo en verano, trayendo a la memoria el clásico de Johanna Spyri, Heidi, donde ella siente que los picos altos y escarpados de las montañas la miran como viejos amigos. Es una imagen que se siente real hasta el día de hoy. El campo, que se explora mejor desde los trenes de alta velocidad, lo atraerá constantemente.

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Días 1 y 2: Lago de Ginebra

Ginebra es una ciudad y centro internacional sobre Lac Léman (como los locales llaman al Lago de Ginebra), conocida por los bancos, los relojes y su fuente emblemática, Jet d'Eau. Los visitantes pueden programar una visita a CERN (conviene reservar con meses de anticipación), donde se inventó la Web y asombrarse con los avances tecnológicos que están en camino. Pero existe otro aspecto pueblerino de Ginebra. Compre relojes en Rue du Rhône y suba la colina hasta las tiendas de muebles y las galerías de arte del centro histórico. Para descubrir la ecléctica vida nocturna, explore Rue de Pâquis y realice una parada en el Café Restaurant Art's para disfrutar de una animada conversación y una comida simple pero deliciosa.

Ginebra también es un punto de partida ideal para explorar los pueblos cercanos del viejo mundo y la región vitivinícola de Lavaux, protegida por la UNESCO, con viñedos en terrazas que datan de siglos atrás. Las ciudades pequeñas, como Lausana, con un fascinante Museo Olímpico, y Montreux, sede del entrañable festival de verano de jazz, son encantadoras. En Vevey, los visitantes pueden saborear chocolate en el lugar de nacimiento de Nestlé y queso en el pequeño pueblo de Gruyère. No puede perderse la residencia de la familia Savoy, Chateau de Chillon, que parece salida de una postal y ha sobrevivido intacta durante siglos.

Días 3 a 6: Alpes (Zermatt y Gstaad)

Hospédese dos noches en Zermatt y dos noches en Gstaad, que son pueblos pintorescos para los viajeros que buscan obtener una auténtica experiencia de los Alpes suizos. Los picos nevados de los Alpes descienden cuesta abajo hacia verdes praderas, salpicadas de vacas pastando y cabañas del siglo XVII. En Zermatt, una ciudad libre de automóviles, el emblemático Monte Cervino a menudo se encuentra cubierto de nubes, pero cuando queda al descubierto, es uno de los lugares más inolvidables del mundo. Súbase al tren Gornergrat para disfrutar de una plataforma con vista panorámica y un dulce strudel de manzana en la cafetería. No se pierda la placentera caminata al Restaurant Blatten, por el sendero detrás de la telesilla, donde sus únicos acompañantes serán ovejas deambulantes y el sonido distante de las campanas. Para disfrutar de una fondue, el favorito del lugar Whymper-Stube es modesto y acogedor, y sirve deliciosos quesos regionales que se derriten en la boca.

Gstaad transmite una energía más sofisticada al ser un centro de esquí donde las familias más ilustres de Europa van a relajarse y consentirse. El restaurante Chesery ofrece un menú siempre cambiante en un ambiente elegante estilo chalet, mientras que a los visitantes todavía les encanta visitar Wally's Burgers para disfrutar de una comida informal después de esquiar.

Días 7 y 8: Zúrich

Ubicado sobre el pintoresco lago de Zúrich, dividido por el río Limago, este centro elegante y cosmopolita de la industria suiza se siente natural, con residentes sofisticados y calles inmaculadas. El centro de las operaciones bancarias de Suiza reside en Paradeplatz, donde también puede visitar el emblemático Confiserie Sprüngli, un encantador emporio del chocolate (los Luxemburgerli estilo macaron son imperdibles). En las cercanías, se encuentra la calle Bahnhofstrasse, rodeada de marcas internacionales, boutiques lujosas y cafeterías con mucho estilo. Una de las mejores vistas de la ciudad se encuentra en los pequeños jardines de Lindenhof cerca del agua. Pero para un cambio de rutina nostálgico, el centro histórico ofrece calles adoquinadas, edificios coloridos, queserías y pastelerías. Cafe Schober cuenta con la distinción de ser la cafetería más antigua de Zúrich y ofrece una famosa taza de chocolate caliente dulce y espeso. Para disfrutar de una deliciosa comida saludable, pruebe Hiltl, el restaurante vegetariano más antiguo de Europa.

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