Markus Freitag
Un pequeño taller en un granero en la parte trasera de una granja donde Markus Freitag y su hermano Daniel crecieron en las afueras de Zúrich fue la cuna de lo que hoy es una de las marcas de productos suizos más reconocidas.
“Cuando éramos niños, mi hermano y yo recolectábamos madera vieja y construíamos balsas y carritos de carrera”, recuerda Markus Freitag. Cuando tenían aproximadamente 15 años, el primer emprendimiento en conjunto de los niños fue hacer bicicletas nuevas de partes viejas que recolectaban rastreando el barrio en busca de chatarra metálica. Un aprendizaje como artista de exhibición y vidrierista en una pequeña tienda donde trabajaba su madre, fue otra oportunidad para que Freitag se las ingeniera para producir creaciones artísticas a partir de materiales reutilizados. “Los dueños de la tienda no tenían presupuesto, así que para crear vidrieras utilicé pedazos de lona viejos que encontraba afuera. Eran sobrantes de lonas que habían quedado después de cubrir un pozo en la calle por la rotura de una tubería”.