En Puntas

Un coreógrafo sube el telón de su estilo creativo
Christian Spuck es el director del ballet de Zúrich desde 2012. Foto de Carlos Quezada.
Christian Spuck
Director del ballet de Zúrich

Es la quinta temporada de Christian Spuck como director de la compañía de ballet profesional más grande de Suiza. “Finalmente,” afirma, “siento como si hubiera llegado”. Y este coreógrafo alemán no podría estar más feliz. Considera que es una bendición poder presentar sus ballets en el increíble Opernhaus Zúrich, y está agradecido por la oportunidad de haber formado una compañía de bailarines cuyo nivel siempre ha soñado. Se siente consentido por poder probar ideas nuevas con el apoyo de públicos y benefactores apreciativos, y privilegiado por poder hacerlo todo en una ciudad como Zúrich.

La Opernhaus Zurich. Foto de Dominic Büttner.
Viajar lejos
Una década marca una diferencia

La residencia de Spuck con el ballet de Zúrich fue recibida con una aprobación instantánea desde su nombramiento en 2012. Tanto fue así que él comenzó con un contrato por cinco temporadas y, humildemente cuenta la historia que ya en su segunda temporada le ofrecieron una extensión por cinco años adicionales.

“Por supuesto dije que sí. Ahora puedo realmente hacer planes de largo plazo para la compañía”, afirma. Dichos planes incluyen continuar llevando a la compañía de tour por países como México, España e Israel. “La próxima temporada bailaremos en el teatro Bolshoi de Moscú”, confirma.

Christian Spuck comenzó como bailarín, pero pronto descubrió que la coreografía era lo suyo. Foto de Carlos Quezada.
Inclinación actual
Hallar su punto de apoyo en el ballet

Nacido en Marburg, Alemania, Spuck decidió que quería ser bailarín cuando era un adolescente. “Pero cuando tenía 14 o 15 años me daba miedo decirlo”, recuerda. “Los tiempos eran bastante diferentes entonces. El ballet era algo para niñas, no para niños”. Cuando tenía 17, Spuck comenzó a tomar clases de ballet de forma secreta. Encontró algunas escuelas profesionales que reconocieron su talento y le permitieron quedarse para un entrenamiento adicional.

Sus padres, sin embargo, insistían con que terminara la escuela. A los 20 comenzó a entrenar en la famosa escuela John Cranko en Stuttgart. “Después de tres años dejé mi educación clásica y me fui a un par de compañías de danza contemporánea”, recuerda.

En 1995 se unió a los cuerpos de ballet de Stuttgart, pero no pasó mucho antes de que descubriera que la coreografía, más que la danza, era su verdadera pasión.

“Romeo y Julieta” fue la primera obra original de Christian Spuck para el ballet de Zúrich en 2012. Foto de Monika Ritterhaus.
Recuerdos afectuosos
Cumplir un sueño

Poner ballets en escena en la Opernhaus Zurich ha cerrado el círculo para Spuck. “Cuando tenía 19, vine a ver un ballet aquí con un amigo que era bailarín. Yo recién había empezado a bailar y me senté en la parte de atrás de la ópera. Después fuimos a Confiserie Sprüngli y almorzamos con nuestros pies en el lago. Recuerdo que me impactó enormemente: esa representación y el lago. Debo decir que nunca soñé que sería tan afortunado de vivir aquí”.

Sugerencias locales

Salir a caminar con Christian Spuck

Conocido por reinventar los clásicos en sus ballets, la visión de Spuck sobre Zúrich es muy parecida: una exploración de los clásicos del viejo mundo con un giro contemporáneo.

Inspírese

Siga los pasos de algunas de las mentes más grandes de la historia

Zúrich ha sido la musa de muchos compositores, científicos, escritores y artistas. La cafetería y bar de estilo vienés Café Odeon (2 Limmatquai; +41-44-251-16-50), es un lugar que se ha convertido en un punto de encuentro elegido por los intelectuales de Zúrich. Albert Einstein traía a sus estudiantes del Instituto de Tecnología Federal Suizo para debatir aquí. El Odeón también se destaca por ser el primer bar en Zúrich en servir Champagne por copa.

El compositor Richard Wagner voló a Zúrich desde Alemania en 1849 y se quedó en la antigua residencia de Otto y Mathilde Wesendonck, lo que él llamó su “asilo en la colina verde”. Hoy en día la antigua residencia funciona como el Museo Rietberg (15 Gablerstrasse; +41-44-415-31-31), el único museo de arte de Suiza dedicado a culturas no europeas. Explore obras maestras de África, Asia y de la antigua América. Después, pasee por el paisaje inigualable del Rieterpark, donde Wagner compuso la canción “Im Treibhaus” (“En el invernadero”) en 1858  para su amante Mathilde Wesendonck.

Sumérjase entre algunas de las obras finales del pintor Marc Chagall, quien se encontró a sí mismo emprendiendo una proeza monumental a los 80 años al aceptar un encargo de la iglesia Fraumünster (19 Stadthausquai; +41-44-221-20-63) para diseñar cinco vitrales. El artista dedicó tres años a los vitrales de 9 metros de alto para la catedral del siglo XIII, que se encuentran en el área de coros de la iglesia. Los paneles, que describen historias seleccionadas de la biblia, atrajeron a multitudes inmediatamente después de su debut en 1971, y se mantienen como una atracción importante en la actualidad.

Comida tradicional suiza y fusión contemporánea

Platos que hacen más que satisfacer

En Zúrich se honran las tradiciones culinarias y los visitantes no se las deben perder. Mientras que está lleno de restaurantes en la ciudad que ofrecen platos suizos, Restaurant Kronenhalle (4 Ramistrasse; +41-44-262-99-00) no solamente sirve los clásicos, sino que además los sirve con una guarnición de historia. El elegante comedor y bar han sido uno de los puntos de encuentro preferidos de la ciudad para artistas, escritores, diseñadores y arquitectos desde 1924. Spuck ni siquiera mira el menú cuando está en Kronenhall. Sugiere que lo único para comer allí es Zürcher geschnetzeltes, ternera tierna en rodajas preparada en una salsa blanca cremosa con vino y servida con papas rösti crujientes. Queme las calorías con uno de los vinos suizos producidos localmente que estén de oferta.

Después de una noche de ensayo, Spuck se dirige a Du Théâtre (20 Dufourstrasse; +41-44-251-48-44) debido a su cómoda ubicación con respecto al teatro, como también por su acogedor entorno y cocina fusión mediterránea y asiática. El menú está inspirado globalmente, donde los aperitivos van desde el ceviche de serviola hasta sardinas en conserva o un plato principal de carpaccio de ternera servido con mayonesa wasabi. Para disfrutar de un aire marroquí tanto en sabor como en entorno, está la Maison Blunt (5 Gasometerstrasse; +41-43-211-0033). Adentro hay un restaurante a un lado y una sala de té al otro, pero el mejor asiento en el lugar está en la frondosa terraza, donde el plato real (una selección de 12 mezzes diferentes) es un festín para un rey.

Diversión fuera del camino trazado

Visite la cuna del dadaísmo

“Venga tal y como es” es el lema del Cabaret Voltaire (1 Spiegelgasse; +41-43-268-5630) de Zúrich. El punto de encuentro original de 1916 puso a Zúrich en el mapa como la cuna del dadaísmo cuando los anarquistas del arte como Hugo Ball, Jean Arp y Tristan Tzara, entre otros, decidieron hacer del cabaret su base de operaciones. Hoy en día el museo, café, bar, tienda y espacio de eventos continúa el legado del dadaísmo con un interesante programa de espectáculos casi todas las noches.

Las orillas del río Limmat son un gran programa para quienes busquen otra forma de diversión. El punto favorito de Spuck es el canal de natación de 400 metros Flussbad Oberer Letten (10 Lettensteg; +41-44-362-92-00), donde los zuriqueses se juntan, durante los meses cálidos, para nadar, echarse al agua o simplemente navegar por el río en una balsa.

En la ciudad

Explore la fascinante vida nocturna de Zúrich

Seleccione su propio itinerario nocturno en Langstrasse, el antiguo distrito de luces rojas que actualmente alberga innumerables clubes que abren hasta tarde. Uno de los clubes nocturnos más antiguos de la ciudad, Mascotte (10 Theaterstrasse; +41-44-260-15-80), se ha reinventado con el tiempo desde su apertura en enero de 1916. Ha presentado a animadores, grandes bandas y estrellas del pop a lo largo de los años y actualmente es un imán para pinchadiscos internacionales como Martin Solveig y Dillon Francis. Para algo más tranquilo disfrute de un espectáculo en Moods Jazz Club (6 Schiffbaustrasse; +41-44-276-80-00), dentro de una fábrica de barcos a vapor remodelada, que actualmente funciona como sede de Schauspielhaus Zurich, uno de los centros de artes escénicas más nuevos de la ciudad.

Se levanta el telón

Dónde encontrar arte dramático en el teatro, el arte y la música

Kunsthaus Zurich (1 Heimplatz; +41-44-253-84-84) siempre cuenta con grandes exhibiciones”, afirma Spuck acerca del museo de arte moderno de la ciudad, donde obras de Claude Monet y de Vincent van Gogh posan junto a obras de notables pintores simbolistas suizos como Arnold Böcklin y Ferdinand Holder. Para conocer una sala de auditorios con una acústica épica, visite Tonhalle Maag (22 Zahnradstrasse; +41-44-206-34-34), que cuenta con 1455 asientos. Inaugurado por Johannes Brahms en 1895, actualmente es sede de la orquesta Tonhalle de Zúrich. A Spuck le gusta ser desafiado cuando está entre el público y dice que el mejor lugar para satisfacer esa pasión es Schauspielhaus Zurich (34 Rämistrasse; +41-44-265-58-58), donde hay un espectáculo casi todas las noches, desde clásicos muy conocidos hasta obras contemporáneas. No se pierda el teatro más pequeño en el sótano, donde jóvenes directores desarrollan su estilo poniendo en escena obras nuevas representadas por los miembros de los cuerpos profesionales de Schauspielhaus.