Shinri Tezuka
Shinri Tezuka era como cualquier otro veinteañero; alguien que intentaba descubrir qué quería hacer con su vida, buscaba trabajo y también una profesión. Por casualidades de la vida, encontró sus respuestas en un festival callejero en Tokio. Allí, se quedó maravillado con los artesanos que atraían multitudes de gente para verles crear piezas de arte comestible.
Conocía el arte tradicional japonés llamado amezaiku, que consiste en moldear una mezcla de caramelo fundido rápida y habilidosamente y crear formas como las de un pájaro, un pez y otros animales. Una vez tenemos la pieza, se coloca en la punta de un palo como si fuese una piruleta. Sin duda, un dulce demasiado bonito para comer.