Roma no fue construida en un día. En algunos sentidos, fue armada pieza por pieza.
Los intrincados mosaicos, que se encuentran en casi todos los rincones de la ciudad, representan la vida romana antigua como habría sido hace miles de años. De hecho, son una especie de selfies antiguas, muchos de ellos retratos, y todos creados a partir del arte de ensamblar pequeños trozos de vidrio y piedra de colores para crear imágenes y patrones elaborados.
Pero hay más de lo que parece. Los diseños de cientos de teselas, cubos de vidrio o piedra, se unen de una manera tan delicada que a menudo las imágenes parecen haber sido pintadas.
El último capítulo es una parada en una histórica bottega, o taller de aprendices, donde los huéspedes prueban el arte del mosaico.
Los huéspedes del J.K. Place Roma disfrutan de un vistazo de cerca de la fabricación de mosaicos romanos con una guía experta que va más allá de la superficie de estas obras maestras del mosaico, profundizando en el arte y la técnica de las fascinantes piezas. El recorrido se adentra en las basílicas más fascinantes de Roma, donde algunos de los primeros mosaicos, que datan de 410 d.C., permanecen intactos.
El último capítulo de la experiencia implica una parada en un histórico bottega, un término del Renacimiento que refiere al taller de un aprendiz, donde los huéspedes experimentarán el arte de hacer mosaicos. Allí, recibirán la tutela experta de un maestro del mosaico como se los conoce artísticamente, para ayudar a orquestar su propia obra maestra, un recuerdo hecho de una experiencia antigua e inolvidable.
Para aprender más sobre J.K. Place Roma, o para organizar un tour del mosaico, póngase en contacto con el conserje al hacer la reserva.
