Objetivo París

Un fotógrafo visionario enfoca su lente en la Ciudad de la Luz
Un autorretrato de Jean-François Rauzier.
Jean-François Rauzier
Hiperfotógrafo, trotamundos

El fotógrafo digital Jean-François Rauzier, afincado en París, es un creador de arquitecturas invisibles: fotomontajes digitales de algunos de los paisajes urbanos más conocidos del mundo convertidos en topografías surrealistas, a caballo entre la fantasía y la realidad.

Es el inventor de la "hiperfoto", un tipo de técnica fotográfica engañosa que crea una única imagen monumental a partir de cientos, a veces miles, de fotografías digitales individuales.

Cada una de las fotografías de Jean-François Rauzier requiere una colección de 600 a 5.000 fotografías individuales.
El proceso creativo
Un artista y su musa

Para crear cada cuadro, el artista pasa horas fotografiando el tema desde todos los ángulos posibles. Muy a menudo, viaja para conocer su musa, a la ciudad de Nueva York por ejemplo, para fotografiar las galerías del Museo del Arte Metropolitano, o a Estambul para perderse en la miríada de puestos del Gran Bazar.

Tras recopilar una serie de fotografías que, si se pusieran en fila, darían para varios metros, Rauzier vuelve a su ordenador portátil para empezar a unir las imágenes en una serie de patrones geométricos.

En su obra Bibliotecas ideales, los espectadores pueden hacer un zoom de acercamiento a cualquier parte de la imagen para leer los títulos de libros individualmente.
De una sola, varias
Componiendo cada hiperfoto

Tanto si Rauzier fotografía los edificios "art déco" de South Beach como la icónica ciudad de Brasilia diseñada por Oscar Niemeyer, una hiperfoto en su forma final tiene una resolución 10.000 veces superior a la de una fotografía normal, y muestra a la par tanto una escala inmensa como un detalle minucioso.

Acercando el  lente óptico sobre distintas partes de cada imagen, se revelarán escaparates individuales, cada hoja de los árboles, titulos de libros en relieve y hasta el propio artista, si lo encuentra.

Un fragmento del proyecto más reciente de Rauzier, Balade de Paris.
Su obra más ambiciosa hasta la fecha
Balade de Paris

Para su último proyecto, Rauzier apunta su lente a algo un poco más cercano. El fotógrafo busca montar la fotografía más detallada de París que jamás se haya creado, llamada Balade de Paris o Un paseo por París.

Una vez terminada, la imagen final mostrará 40 kilómetros de espacio urbano que abarcan del primer distrito al 20 y ya ha capturado más de 20.000 fotografías de la ciudad que llama hogar para el proyecto.

Sugerencias locales

Explore París con Jean-François Rauzier

Mientras la versión final de Balade de Paris sigue estando en proceso, nuestro fotógrafo continúa explorando París con nuevos ojos. Acompañamos a Jean-François Rauzier en su exploración de una ciudad familiar desde un punto de vista decididamente único, desde los parques más hermosos de la ciudad hasta monumentos notables del movimiento Impresionista e inspiradoras obras arquitectónicas.

Siga leyendo sobre sus lugares favoritos de París, con o sin cámara.

Fuentes de inspiración

A veces basta con levantar la mirada

La arquitectura es una de las mayores influencias de Rauzier, lo que es especialmente evidente en su serie, Bibliotecas ideales. Para experimentar de primera mano la majestuosidad de una de sus musas, pásese por el Palais du Luxembourg (19 rue de Vaugirard, 6.º dist.), donde se asienta el Senado francés.

Una vez dentro del recargado edificio italianizante, encargado a principios del siglo XVII por la reina María de Medici, diríjase a la biblioteca y levante la vista. En la cúpula que se yergue sobre los montones de 370.000 tomos exóticos y manuscritos valiosos de gente como Voltaire y Victor Hugo, existe un fresco espectacular del gran pintor del Romanticismo francés, Eugène Delacroix. Pintado entre 1840 y 1846, el fresco representa el Limbo tal y como se describe en el Canto IV del Infierno de Dante.

Tras las huellas de los impresionistas

Una tarde en Île De La Jatte

Imagínese estar en el mismo lugar en el que pintores desconocidos del siglo XIX abocetaban lienzos que luego se convertirían en iconos de un nuevo y revolucionario movimiento artístico. Île de la Jatte en Neuilly-sur-Seine es una isla del río Sena que se convirtió en un retiro de moda en el siglo XIX para los parisinos en busca de placeres, además de artistas como Claude Monet y Georges Seurat, cuya Tarde de domingo en la isla de La Grande Jatte—1884 dio fama mundial a la isla y al mismo artista. Rauzier anima a dar un paseo tras las huellas del artista por Le Parcours des Impressionnistes (Île de la Jatte, Neuilly-sur-Seine), un paseo tranquilo de cuatro kilómetros que sigue las huellas de artistas como Seurat, Monet, Van Gogh y Sisley y cuenta con reproducciones de las obras que crearon, expuestas en los lugares donde se concibieron originalmente.

Vida en el parque

Explore los jardines de placeres encantadores de la ciudad

La vida parisina se abre en los espacios verdes y los parques planeados al milímetro de la ciudad. Si busca un descanso del ajetreo de la vida urbana, diríjase al Parc des Buttes Chaumont (1 rue Botzaris, 19.º dist.), una joya oculta ubicada en la cima de una colina empinada, en el emplazamiento de una antigua cantera de yeso. Es uno de los espacios verdes más grandes de la ciudad y uno de los favoritos para los expertos tanto locales como visitantes, gracias a sus imponentes vistas de París.

Para algo un poco más cerca del movimiento de la ciudad, plántese en los jardines botánicos del Parc de Bagatelle botanic gardens (Route de Sèvres à Neuilly, 16.º dist.), situado en la esquina noroccidental del Bois de Boulogne. Pase la tarde disfrutando de los exuberantes jardines y árboles, rosaledas fragantes (hay más de 10.000), pavos reales silvestres y un estanque de ninfas recubierto de nenúfares que recuerdan a algunos de los lienzos más memorables de Monet.

Platos históricos

Visite el lugar de reunión de emperadores, escritores y filósofos

Para sumergirse en la cultura culinaria francesa, no se necesita gastar cientos de euros para unas caras cenas al nivel de estrellas Michelin. Le presentamos Le Procope (13 rue de l'Ancienne Comédie, 6.º dist.), un histórico comedor francés abierto intermitentemente desde 1686. A lo largo de los años, el restaurante ha servido a maestros de la literatura, la filosofía y la política francesas como Jean de La Fontaine, Jean-Jacques Rousseau y Victor Hugo; y existe la leyenda de que mientras servía de oficial subalterno, Napoleón Bonaparte no pudo pagar su cuenta una noche y dejó al dueño su sombrero bicornio en pago.

¿Y la comida? La clásica cocina francesa digna de un rey: caracoles al ajo, un delicioso pollo al vino y bandejas con montones de marisco como ostras bretonas, mejillones y langostinos.