“Cuando hablamos de Portugal, se vienen a la mente algunas cosas: el fado y la guitarra portuguesa, el bacalao y las sardinas, y, por supuesto, azulejolos azulejos,” dice Sonia Gillig, directora ejecutiva de hospitalidad en el Vila Vita Parc Resort & Spa, una escapada al océano Atlántico en Algarve. “Hay hermosas piezas de todos los tamaños y formas distribuidas por todo el país y en nuestro resort”, añade. Mientras que los jardines subtropicales y las vistas de la costa atraen a los viajeros a este pintoresco refugio en la cima del acantilado, que cuenta además con siete restaurantes en las instalaciones y una bodega de vinos en una caverna (las colinas de la región son las responsables de los tintos más famosos a nivel mundial), lo que hace inolvidable a este hotel son sus interiores de diseño artístico. Los ambientes ostentan encantadoras cerámicas, muebles de complejo estilo morisco y, por supuesto, muchos de los emblemáticos azulejos del maravilloso color azul mar. Azulejos, cuyo nombre deriva de la palabra árabe para “piedra pulida”, son baldosas blancas y azules satinadas, que fueron inicialmente utilizadas a finales del siglo XV para aislar y decorar iglesias portuguesas, espacios públicos y casas privadas, y son también una referencia sutil a la arraigada historia marítima de este país. La paleta de colores es el resultado de un intento de recrear la porcelana china.
SUGERENCIA DE DISEÑO: Cubrir cocinas, baños y pisos con azulejos implica un cambio de diseño importante. En su lugar, puede decorar sus interiores con la cerámica portuguesa, y la herencia implícita en ella, en formas más accesibles: por ejemplo, puede servir vino tinto de jarras rústicas de terracota, usar posavasos de travertinos con motivos azulejo, que son perfectos para colocar bajo plantas en macetas, o embellezca un juego de platos monocromáticos con cuencos estampados, salpicados con diseños florales y geométricos del estiloazulejo-.