La dulce vida

Una chocolatera local comparte sus lugares favoritos para pasar el rato en Río de Janeiro
Samantha Aquim creó Q Chocolate después de indagar profundamente en el origen del cacao en Brasil.
Samantha Aquim
Propietaria y fundadora de Q Chocolate

Samantha Aquim recuerda el día que cambió su vida como si hubiera sido ayer.

Mientras trabajaba en la empresa de servicio de comidas de su familia, Aquim Gastronomia, en Río de Janeiro, ella estaba en la cima como jefa de pastelería después de haber completado su capacitación en la prestigiosa escuela de cocina École Lenôtre. “Nos galardonaban por nuestro chocolate y yo percibía un gran éxito”.

Un día, apareció en Aquim Gastronomia en Río (donde el ganache y las tortas de Samantha eran un éxito entre los clientes) un caballero afiliado a la asociación de productores de cacao brasileños. “Me hizo una pregunta que me cambió la vida”, afirma. “Me dijo ‘¿no te parece raro saberlo todo acerca del chocolate pero nunca haber visto una plantación de cacao en tu vida?’ Y él tenía razón, yo había estudiado todo lo que podía sobre el chocolate, pero en ese momento me sentí una impostora”.

Cada barra Q Chocolate está hecha con licor de cacao, manteca de cacao y azúcar.
Los sabores del bosque tropical

Aquim se abastece de todo su cacao directamente de Fazenda Leolinda, ubicada en el corazón del bosque atlántico. Ella visita la plantación cada año después de la cosecha del cacao. “El rendimiento es de aproximadamente 400 lotes por año. Yo pruebo 40 de los mejores lotes, que el propietario preselecciona para mí, y decido con cuál quiero trabajar”. Cada barra Q Chocolate tiene un número de lote impreso en su envoltorio para informarle a los clientes de qué cosecha se obtuvo ese cacao. Después de ocho años, Aquim todavía selecciona personalmente el cacao que irá a cada barra Q Chocolate.

Aquim todavía selecciona personalmente lo mejor de cada cosecha para sus barras Q Chocolate.
Del grano a la barra

Psicóloga de profesión, Aquim se unió al negocio familiar después de enamorarse de la cocina durante un viaje a Italia con su madre, Luiza, la fundadora de Aquim Gastronomia. La cocina y la terapia no parecían ser tan diferentes para la joven Aquim. “Tú vas a terapia no para cambiar, sino para convertirte en una mejor versión de ti mismo”, afirma. Ella ha impartido esa noción a toda su cocina y, cuando la profundidad de sus conocimientos fue cuestionada, se dio cuenta de que tenía mucho más por aprender.

Comenzó a investigar más profundamente sobre la cadena de suministros del chocolate y finalmente viajó a una planta de cacao en la región de Bahía en Brasil. “Como cocinera, podía diferenciar todos estos aromas, la característica terrosa del bosque, la esencia del cacao en fermentación y me di cuenta de que nada de eso se infundía en ninguno de los chocolates que había probado”.

Aquim se abastece de cacao directamente de una plantación en el corazón del bosque tropical atlántico brasileño.
No es su barra de chocolate habitual

Cuando Samantha comenzó a crear sus barras de chocolate en 2010, consultó a su familia cómo presentar mejor Q Chocolate de forma innovadora. Ellos se contactaron con el famoso arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, con quien la familia había entrado en contacto después de proveer el servicio de comida en su fiesta de cumpleaños número 100. “Le preguntamos si diseñaría nuestra primera barra de chocolate y aceptó”. Su diseño fue una barra única con forma de ola que se vendió en bajo una edición limitada especial en caja de madera hasta el fallecimiento del arquitecto en 2012.

Para Aquim tal vez sea más significativa una experiencia que tuvo en Fazenda Leolinda. “Recuerdo cuando volví a la plantación, me encontré con un hombre que había trabajado en el campo durante años y le di una de mis barras para que la probara. Inmediatamente sonrió con alegría y me dijo ‘este es mi cacao, este es el sabor de mi vida’”.

Sugerencias locales

Descubra el costado artesanal de Río de Janeiro

La ciudad más vibrante de Brasil cobra vida con experiencias sensoriales. Desde la arquitectura y el arte hasta una gastronomía fascinante y un escenario creciente en la fabricación de cerveza artesanal, la chocolatera local Samantha Aquim revela los tesoros locales de Río de Janeiro.

Superior

Las mejores churrasquerías en Río

Brasil es un paraíso para los consumidores de carne y no faltan deliciosas churrasquerías para disfrutar en Río. Malta Beef Club (84 Rua Saturino de Brito; +55-21-3269-4504) es uno de los mejores lugares para Aquim. Tome una mesa al aire libre en la terraza íntima o siéntese en el segundo piso, donde los ventanales ofrecen vistas del barrio Jardim Botânico. No importa dónde se siente, usted puede contar con platos infinitos de filete miñón que se funde en su boca y que está añejado en seco por el propio restaurante. También existe un lugar fundamental de 55 años como Majórica (11/15 Rua Senador Vergueiro; +55-21-2205-6820) en Flamengo, famoso por su picanha. Un alimento básico popular de la parrilla brasileña, la tapa de solomillo tierno cubierta por una capa de sal gruesa, ensartada y asada sobre las llamas.

Arte y arquitectura

Conéctese con su costado creativo

Río es una ciudad de placeres visuales que representan un sinnúmero de escuelas y estilos artísticos. Uno de esos ejemplos, entre los barrios de Lapa y Santa Teresa, es Escadaria Selarón (Rua Joaquim Silva; +55-21-96437-2680), una escalera cubierta por miles de piezas de azulejos de mosaicos coloridos. El artista detrás del proyecto, Jorge Selarón, nació en Chile y se mudó a Río en la década de 1980, donde descubrió los empinados escalones cerca de su casa. Lo que comenzó como un hobby en 1990, se convirtió en una tarea de amor que le llevó veinte años completar y, en 2005, a los escalones se les concedió el estatus de hito.

Otra obra de arte pública fue galardonada con un récord mundial Guinness por el mural pintado con aerosol más grande del mundo. Creado por el paulista Eduardo Kobra, se extiende a lo largo de la rambla Orla Conde, un sendero que acorta el camino al puerto. Titulado Las Etnias (Boulevard do Porto), el mural mide unos colosales 15 metros de alto por 170 metros de largo. Para apreciar arte arquitectónico, cruce la Bahía Guanabara y diríjase al Museo de Arte Contemporáneo Niterói (Mirante da Boa Viagem; +55-21-2620-2400), que parece un plato volador, diseñado por Oscar Neimeyer. Descienda por la serpenteante pasarela peatonal roja y atraviese la entrada para apreciar la colección permanente del museo, donde la mayor parte de esta proviene de colecciones privadas de João Sattamini, un coleccionista brasileño que descubrió su pasión por el arte durante sus años en Europa trabajando como director internacional del Instituto de Café Brasileño. Hoy en día Sattamini ha reunido una de las colecciones de arte contemporáneo más grandes del mundo. Tan impresionante como el arte en exhibición es la vista de gran alcance de la bahía desde las ventanas panorámicas del museo.

Club cultural

Explore los museos progresistas del histórico distrito portuario

Menos de una década atrás nadie hubiera sugerido una visita al puerto y a la zona portuaria de la ciudad con su reputación de ser un páramo peligroso de edificios abandonados. Pero los Juegos Olímpicos de 2016 lo cambiaron todo. Una de las atracciones más notables es el Museo del Mañana (1 Praça Mauá, +55-21-3812-1812), un museo de ciencia que, como su nombre sugiere, se enfoca en el futuro de la humanidad y del planeta. El innovador exterior (un diseño audaz del arquitecto catalán Santiago Calatrava) hizo del museo un hito importante casi inmediatamente en su apertura en 2015. El Centro Cultural dos Correios (20 Rua Visconde de Itaboraí; +55-11-2102-3690), de marcado contraste, se encuentra a 1,6 kilómetros de distancia. La antigua oficina de correos reformada, construida en 1922, todavía es operada por el servicio postal brasileño, pero ha sido transformada en un museo y centro cultural. Las exhibiciones de arte y escultura modernos otorgan un contraste con el interior retro (un elevador de comienzos del siglo diecinueve todavía transporta a los visitantes por los pisos). Visítelo un sábado para disfrutar de la feria semanal de estampillas postales.

Adentro del museo del mañana. Foto cortesía de Byron Prujansky.

Pintas perfectas

La cultura de la cerveza artesanal está de moda

Río está rápidamente siendo reconocida como un lugar para probar algunas cervejas realmente buenas. “Los cariocas aman la cerveza fría en el verano y hay algunas fábricas de cerveza artesanales muy buenas que afloran por la ciudad”, afirma Aquim. Buda Beer (166 Rua Rocha Cardoso; +55-24-2231-3219), cuyo eslogan es vive com alegria (vive con alegría), invita a los visitantes a un recorrido guiado por la pequeña fábrica de cerveza para que puedan aprender cómo se hace la cerveza y para que prueben el fruto del trabajo del maestro cervecero. Después del recorrido, pruebe unos bocados en el BrewPub que se encuentra a solo unos pasos de distancia, donde el menú de la barra elevada de tentempiés fue diseñado para complementar la variedad de cervezas rubias y de cervezas indias rubias (Indian Pale Ale, IPA) de Buda. Pruebe los muslos de pollo horneados marinados en su Hare Pilsen y servidos con ajo tostado y perejil o el plato de costillas carnosas, bocados de filete miñón y rebanadas de salchichas Capriata.

Hocus Pocus (186 Rua Dezenove de Fevereiro; +55-21-4107-3107), lanzó en 2014 una cerveza belga dorada llamada Magic Trap. Su bar y restaurante Botafogo está lleno de grifos que caracterizan las cervezas exclusivas de la marca y una variedad de otras espumas producidas localmente.

La marca que tal vez representa mejor la cultura emergente de las pequeñas fábricas de cerveza artesanal de Río es Jeffrey, conocida por su selección de cervezas sibaritas y de especialidad y su logotipo caricaturesco con un ánade real poniéndose un traje de tres piezas. Usted descubrirá su cerveza Pilsen roja y de trigo saborizada con notas de limón y cilantro distribuida en barras y restaurantes por toda la ciudad. Pero en el Jeffrey Store (8 Rua Tubira; +55-21-2274-0000) usted puede abrirse camino al laboratorio de cerveza en el entrepiso para probar las últimas creaciones de la fábrica de cerveza y elegir una camiseta del pato Jeffrey como souvenir antes de irse.

Adentro de Jeffrey Store. Foto cortesía de Diego Batista.

¿Samba o forró?

Aprenda las danzas nacionales de Brasil

La samba, la música y estilo de danza brasileña, está en el corazón del carnaval anual de Río y el desfile de la samba es uno de los eventos más esperados de la celebración anual. Quienes estén ansiosos por sumergirse en la cultura local de la samba deben dirigirse a Lapa, donde hay muchos clubes de danza muy animados. Pavonéese en Carioca da Gema (79 Avenida Mem de Sá; +55-21-2221-0043) u observe a los profesionales en acción. El Rio Scenarium Pavilhão da Cultura (20 Rua do Lavradio; +55-21-3147-9000) tiene tres pisos construidos alrededor de un atrio central para obtener una vista despejada de la banda y el baile desde prácticamente cualquier ángulo.

Pero la samba no es el único tipo de danza en la ciudad. Encontrará seguidores igualmente apasionados por el forró (una danza más lenta en pareja que se originó en el noreste brasileño) en Clube dos Democraticos (91 Rua Riachuelo; +55-21-2252-4611) . Fundado hace más de un siglo, nunca falta música en vivo y ni se deja de mostrar la samba, pero los miércoles por la noche todos bailan forró.